Esta semana, limpiando a fondo las estanterías de los libros, este manual volvió a mí como un gran regalo de aceptación y humildad, así como un recordatorio del largo recorrido que llevo hecho con el propósito de aceptar mi cuerpo.
Lo compré con apenas veinticinco años. Ese dato lo sé porque uno de los marca páginas, que encontré dentro, era una tarjeta censal de las elecciones de 1996.
De niña me sentía muy desconectada de mi cuerpo, no me gustaba practicar ningún deporte, tan solo me dedicaba a leer y comer. Por ello mi adolescencia fue trágica a todos los niveles. No sabía nada de mis ciclos como mujer, y ni lo que debía sentir o pensar sobre mi físico.
Crecí en una sociedad donde estar delgada y guapa era la aspiración de toda mujer, pero yo sentía en mi interior que esa no era la respuesta, y me negaba a seguir esos preceptos de belleza. No me maquillaba, no iba vestida de manera femenina, incluso me corté mi larga melena casi al cero como muestra de inconformismo con esa supuesta perfección que debíamos alcanzar las mujeres.
Seguí creciendo y, al tener una relación estable de pareja, supe que la aceptación de mi cuerpo era fundamental para estar conectada conmigo y con él. Pero no sabía como hacerlo.
Con veintitres años, me apunté, con mi hermana, a un gimnasio maravilloso, donde su propietaria, Ana, nos enseñaba desde danza africana a ejercicios de pesas en máquinas. Esa nueva percepción abrió una nueva perspectiva de como moverme y compré este libro buscando respuestas para conectar con mi cuerpo y sanarme.
Ese fue el inicio de un largo recorrido de conciencia corporal, en el cual he realizado actividades tan diversas como natación, aerobic, claqué, tai chi, running, pesas, todas las clases imaginables que hay en un gimnasio, masajes corporales de lo más diversos, spas, pilates; y actualmente Ashtanga yoga y Yin yoga.
Todo este largo camino que me ha llevado a ser profesora de yoga, con cuarenta y ocho años, es a causa de estas baldosas que han cimentado mi percepción corporal, mi instinto y mis ansias por seguir aceptando mi cuerpo y mi mente. Sé que "aceptar mi cuerpo", y sus ciclos, es un trabajo de por vida y eso me entusiasma y me da fuerzas para seguir investigando y compartiendo.
Todo esto te lo cuento para que si, como yo, también estás en esta búsqueda de conectar y aceptar tu cuerpo, revises tu librería, tu pasado y tu presente para observar desde el cariño y la humildad los pasos que has estado realizando, las herramientas que has usado, los apoyos y los obstaculos que has encontrado. Este ejercicio de recapitulación pone en perspectiva todos los esfuerzos realizados y da una nueva visión al concepto "aceptar el cuerpo".
Esta cita aporreó mi mente al abrir el libro "El cuerpo sensual" que ha dado pie a esta crónica de mi búsqueda de aceptación del cuerpo.
Otro día os contaré mi experiencia con la idea de transformar mi cuerpo desde el ego a través de régimenes, odio y dolor.
Información de mis clases en: yogaconesther.blogspot.com
Para contactar conmigo en: yogaencasaconesther@gmail.com
Cada sábado un vídeo nuevo en YouTube: Esther Vázquez
Mi diario de yoga en Instagram: @esthervazquez
Mis libros en Amazon: Esther Vázquez
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