LA PULSIÓN

 

Cuando entiendo el cuerpo como una pulsión de contraer y expandir todo parece ser más sencillo.
Cuando entiendo la práctica como un círculo infinito de cerrar y abrir todo se acepta mejor.
Cuando entiendo la vida como una forma geométrica de torsión, movimiento y fluidez todo se me muestra más natural.

Llevo días en contracción porque necesito expandir. Llevo semanas cerrando porque necesito abrir. Llevo meses observando esta forma ☯️ porque necesito fluir.
Ahora toca contraer…
 

En toda pulsión después de la contracción viene la expansión.
Es la ley natural.
Pero hay un miedo irracionalidad a la expansión.
Existe el anhelo por salir de los propios límites, por atraer toda la magnitud de la creación, por abarcar toda la sabiduría, por transmutar la oscuridad del interior en luz estelar.
Sí, hay el deseo, pero llegado el momento es difícil tener la valentía de abrir la coraza y soltar todo aquello que no es propio, de expandir todo aquello que sí es propio.
Maldito miedo y maldita pulsión que nos invita a crecer y observar, que nos invita a sentir y crear, que nos invita a aceptar y fluir.

Sigo en contracción… observando con ojos miedosos mi próxima expansión. Está ahí detrás de los árboles susurrando la verdad, hoy la veo nítida y real

Asumo la pulsión de expandir y contraer. La acepto y me gusta y la disfruto y la hago mía en todas las áreas de la vida.
Pero en cambio la contención es lo más difícil de hacer. Aunque es el paso intermedio entre la apertura y el cierre.
Mantener el silencio el tiempo necesario sin moverme, tan solo observando.
Mantener la mirada curiosa sin expectativas.
Mantener la tensión de la pulsión, de la vida y de la muerte.

Contención para la observación
Contención para sentir y actuar.
Contención para equilibrar y armonizar.
Contención para desequilibrar y fluir.