Yin Yoga es un estilo de yoga pausado que te permite acceder de manera relajada y consciente al interior del cuerpo físico, la mente y la respiración.
El Yin Yoga se diferencia, de otros estilos más dinámicos, porque se enfoca la práctica en la quietud y en ejercer estiramientos profundos y prolongados de los tejidos que rodean la zona que se esté trabajando. Si bien casi todos los métodos de yoga se centran en la flexibilidad y aumentar la fuerza muscular, en Yin Yoga se estira con profundidad los tejidos conjuntivos: fascias profundas (el tejido que rodea los músculos), ligamentos, tendones, articulaciones...
Yin Yoga es una práctica pasiva ya que se suele ejecutar sentada o tumbada, la gravedad es una parte importante para la intensificación de los estiramientos, así como el tiempo de permanencia entre las posturas. En Yin Yoga en lugar de invitarte a contraer los músculos e incrementar la fuerza y resistencia, te lleva a una relajación de las tensiones y a una entrega completa.
Hay tres principios reconocidos que constituyen la base de una práctica segura y eficaz:
Encontrar tu límite: saber hasta dónde llegar en cada postura para crear un equilibrio entre la ausencia de estiramiento y el exceso. Normalmente se mantiene la postura un 80% de lo que podrías llegar a alcanzar.
Permanecer en quietud: tras alcanzar tu límite, debes permanecer en quietud sin moverte y buscar un espacio meditativo acompañado de la respiración y de las sensaciones físicas.
Mantener la postura: para obtener el máximo beneficio de la práctica hay que procurar permanecer durante un tiempo establecido, desde un minuto hasta diez minutos.
Los beneficios físicos del Yin Yoga son enormes ya que se trabaja con las fascias más profundas, accediendo a ellas y alargándolas con el objetivo de mantenerlas elásticas, hidratadas y saludables. Esto mejora la flexibilidad, el rango de movimiento y la salud en las articulaciones. Además del aumento de movilidad también hay una mejora del funcionamiento orgánico, por el incremento de flujo sanguíneo y de la respiración pausada y profunda.
Los beneficios mentales y emocionales del Yin yoga son extraordinarios ya que se consigue aquietar la mente y tener una sensación de armonía con el cuerpo, resultando una reducción significativa del estrés. Cuando la mente y el cuerpo consiguen el tan preciado equilibrio las emociones también lo hacen.
La práctica de Yin Yoga está indicada para todas las personas, independientemente de su estado físico y edad.
Tras mis años de auto práctica, y ahora con la experiencia de la enseñanza, me gusta compartir este método de yoga desde cuatro perspectivas distintas:
Yin yoga sosegado es la
versión estándar del método, se trabaja en quietud ejerciendo estiramientos
profundos y prolongados de los tejidos conjuntivos.
Yin yoga profundo es la
versión más reflexiva e intensa del método, se permanece durante un tiempo
prolongado en las posturas buscando incidir en las fascias más profundas,
ligamentos, tendones y articulaciones.
Yin yoga activo es una versión
más enérgica para fortalecer, estimular y avivar la musculatura, flexibilizar
las fascias y articulaciones, así como oxigenar todo cuerpo.
Yin yoga
dinámico es una versión más activa del tradicional método yin, se efectúan
algunos movimientos para despertar el cuerpo, y permanecer en la postura un
tiempo corto para conseguir mayor rango de movimiento.
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